Resbaló de sus manos temblorosas
y la dejó caer.
Rodó entre la gente, confundida...
rodó sin saber...
Otras manos solidarias esa noche
por amor, o no sé qué,
cubrieron con piadosa ternura
su triste desnudez.
y así fue que de mano en mano iba
aquella que una vez
resbaló de sus manos temblorosas
y la dejó caer.
Hoy no sabe quien la tiene
ni sabe a donde fue.
II
El pecho se contrae cada tanto
en pequeños suspiros.
El amor desolado se pregunta
¿cómo fue? La he perdido?
Una mujer permanece arrodillada
en la penunmbra del santuario frío...
De pronto, dos lágrimas resbalan
y a la luz de los cirios
la imagen sagrada
se acrecienta en su postrer martirio...
La FE perdida ha retornado
otra vez a su sitio.
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