EL NAUFRAGO

Altos acantilados de negras rocas volcánicas bordeaban la isla que mirada desde allí, era totalmente árida. Como fantasmas enhiestos, las formaciones rocosas y la niebla del anochecer la hacían más tétrica todavía. El calor era sofocante.
Parado en aquella playa desolada, contempló conmovido la dureza del paisaje.  Con las pocas fuerzas que le quedaban, empujó el bote hasta un lugar donde las olas no lo arrastraran.  No podía perderlo, de él dependía si quería seguir en busca de la salvación.  Se dejó caer aplastando la arena con sus anchas y curtidas espaldas mientras observaba el cielo encapotado.
El nunca había creído en deidades, ni dioses, ni nada... era totalmente agnóstico, pero de improviso, musitando  una oración aprendida de niño se fue durmiendo.

Había navegado todos los mares desafiando a Poseidón cada vez que éste hundía su tridente levantando tempestades, pero ahora, el rey del mar lo hizo zozobrar convirtiéndolo en un náufrago indefenso y confuso.  
Lo despertó la lluvia cuando amanecía.  Con avidez  y regocijo, bebió largamente el agua fresca y reconfortante.  Se acordó que hacía mucho no se alimentaba.  Esperó guarecido en una saliente de piedra caliza  y cuando la tormenta pasó, decidió explorar la isla. Trepó con dificultad algunas rocas, luego otras y otras...solo veía la desolación de una superficie volcánica sin rastros de vegetación.  Se resbaló varias veces ,le dolía todo y estaba hambriento.  Se alegró que el sol aún no se asomara con su fuego inclemente que como látigo había azotado su cuerpo varios días.  Al apoyar su mano en una roca, descubrió varios huevos oscuros en un nido oscuro también.  Sin pensarlo los comió con ansiedad.  No sintió ningún sabor, pero supo que podría vivir un poco más. Buscaría otros nidos.  No había visto ningún pájaro aún.

Extrañas formaciones de piedra caliza, le hicieron pensar en un templo megalítico.
¿Dónde estaba?  ¿A dónde lo había empujado el mar? ¿Qué era aquello?  En Escandinavia había visto algo parecido que se remontaba a varios siglos aC. pero ahora estaba en otras latitudes... sus cansados pero bellos ojos verdes se llenaron de asombro y duda.  Caminó entre aquellas fantasmales formaciones y si hubiera sido gorila- pensó- se hubiera golpeado el pecho en señal de posesión.

Aquel viejo marino tenía aún la fortaleza espiritual que lo mantenía esperanzado y sacando fuerzas dio toda la vuelta a la isla encontrándose de nuevo frente a su pequeña embarcación rescatada del naufragio.
Miró la isla inhóspita y desierta, arrastró el bote hasta el agua y se perdió nuevamente en el mar.
Gilda Ledesma Blashett -  Bs.As. marzo 2014
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Nació en Rosario donde cursa estudios universitarios en Letras. Radicada en la Capital Federal estudia con Raota fotografía y laboratorio; con Perla Cordini, escultura y cerámica; con B.Jesiot, R.Insaurralde,Marcos Borio, Miguel A. Bengochea,pintura. Realiza cursos de Arte con el crítico F.Fevré y figura en diversos Libros relacionados con las Artes Plásticas. Ha realizado 12 exposiciones individuales y obtenido premios y distinciones nacionales y extranjeras.En marzo 2012 aparecerá su nuevo libro " Transitando Recuerdos" ediciones Del Dragón.