Gorrión era el menor de los hermanos. Una vecina que lo vio recién nacido exclamó: qué pequeñito !!! Parece un gorrioncito !!! Y de ahí le quedó el apodo. A los siete años, Gorrión tenía una simpatía y belleza arrolladora. Una cabeza llena de rulos y dos enormes luceros asomaban entre largas y arqueadas pestañas. Era bellísimo. Por ser el más pequeño de la familia era el mimado de todos. Su espíritu inquieto y travieso había convertido la casa en un zoológico. Cuanto bicho encontraba, lo llevaba a la casa. En una cajita tenía gusanos de seda que alimentaba con hojas de mora. Tenía peces, gato, escarabajos, vaquita de la suerte, bichos bolita, lombrices, langostas...
Pero un día, Gorrión apareció con una gallinita.
- De dónde sacaste ese pollo? ( preguntó la madre)
- Estaba caminando por la vereda.
- No puede ser. De dónde lo sacaste?
- Estaba solito en la vereda!
Apresuradamente la madre tomó al pequeño pollo y salió a la calle a preguntar a quién pertenecía. De nadie era. En plena ciudad, nadie tiene gallinero, ni fondo para criar aves. Ningún vecino sabía.
Desorientada, la madre volvió a entrar con el animalito.
- No lo vayas a cocinar ! pidió casi llorando el pequeño.
- Claro que no. Es muy chiquito. No sirve ni para caldo... pero mientras esté aquí es tu responsabilidad. Que no ensucie ni moleste. Ya aparecerá el dueño.
Gorrión se ocupó de ponerle un tarrito con agua y algunos pedacitos de comida extraídos furtivamente de la heladera. (después le compraría maíz). Pasaron los días...
- Y esta galla? preguntó una visita. Le contaron la historia y sin querer la gallinita quedó bautizada. "la Galla! ésta tenía una inteligencia admirable. Parecía comprender cada indicación. A todos les caía simpática y pronto se convirtió en amiga del gato. El blanco felino tenía permitida la entrada a cualquier lugar de la casa, no así la Galla que debía permanecer en el patio donde varias macetas marcaban el territorio.
Una tarde, en la que Gorrión quería darle de comer, la Galla no aparecía.
- Dónde está mi Galla? Vos tenés que saber...
- No hijito, no se. No llores! Si no se fugó, ya la encontraremos.
El pequeño niño, casi con desesperación buscó entre las macetas, atrás de la pileta del lavadero, en el canasto de la ropa sucia, en todos los rincones de la cocina y hasta en el recipiente de la basura. Galla...Galla!!!
Gorrión desconfiaba de la madre. - La cocinaste? Aprovechaste que yo estaba en el colegio y la mataste! ?
No había manera de serenarlo. Se negó a tomar la merienda y salió a la vereda con la esperanza de hallarla. Preguntó a los amigos que se unieron a la búsqueda. Preguntó al policía de la esquina:
- Señor, usted no vio una gallinita pinina, así, de ojos colorados, media jaspiada con patas amarillas? El policía soltó una carcajada que molestó mucho al niño que lo miró desafiante con aquellos grandes ojos negros.
- No hijo, no, no la he visto. Te prometo que me ocuparé de buscarla por el barrio por si anda perdida.
Gorrión volvió a entrar a la casa fastidiado. Durante la cena, cada uno opinaba sobre el supuesto paradero de la Galla.
- Alguien dejó la puerta abierta al salir, y al verla sola se la llevaron ( opinó el papá) Acaso no te pasó lo mismo? No la encontraste sola en la vereda? Del cielo no cayó, salió de alguna casa. Ahora hizo lo mismo. Se fue a pasear.
Gorrión desconfiaba de todos. No se podía consolar. Era su mascota preferida. Esa noche le rezaría a Dios para que aparezca.
- Se lavan los dientes y a la cama...
Los chicos se acostaron. La mamá limpió la cocina y luego se sentó a tomar unos mates con el marido. Ellos estaban tristes por el pequeño que no tenía consuelo. Después de intercambiar ideas decidieron acostarse. De pronto los chicos se sobresaltaron con las carcajadas de los padres. En el centro de la cama había un huevo.
La Galla dejó un huevo ! dijo el hermano mayor alborotando al resto. Todos alrededor de la cama miraban el huevo, pero nadie se percató, que sentada arriba de la radio, reinaba la Galla.
Estaba allí, en el dormitorio principal de la casa, sentada sobre la vieja radio de madera.
La madre guardó el huevo y Gorrión besaba a la Galla recuperada, mientras la llevaba a su lugar en el patio.
Al día siguiente, el pequeño niño hizo un carrito con sus respectivas ruedas, reciclando un viejo juguete y le puso una piola que encontró entre las herramientas del padre. Sentó a la Galla en el centro del carrito y la llevó a pasear por el barrio. Algunos transeúntes pensaban que era una gallinita de plástico porque no se movía para nada. Después cuando se acercaban y comprobaban que era un animal vivo, se extrañaban de su inmovilidad. La Galla, tiesa como estatua se dejaba llevar en el improvisado vehículo a la velocidad que aguantaban las destartaladas rueditas.
Así fue que Gorrión se hizo famoso por su gallinita y ésta también adquirió notoriedad porque todos los días, subía a la cama matrimonial y depositaba su huevito, pequeño, tibio, sin galladura.
Por supuesto que la Galla, ahora tenía permiso de andar por toda la casa. (nobleza obliga)
todos los derechos reservados
Bienvenidos a mi página para compartir la diversidad del Arte en sus múltiples manifestaciones.
Imágenes
En el catre del pórtico, la luna
dormitaba serena.
Un puñado de estrellas y cocuyos
se confundían en la enredadera.
Confidenciaban en lo alto de la casa
el viento y la veleta,
vaya a saber qué historia
misteriosa y secreta,
mientras, en la charca
las ranas conversaban
por el calor despiertas
y el ring...ring...de un grillo enamorado
que buscaba a su hembra,
ponía en el nocturno paisaje
monótona música de fiesta.
Aquella era una noche esperanzada
afuera de la casa que en tinieblas,
había cerrado las ventanas
reteniendo rencores y tristezas.
El grillo silenció su canto,
se fueron apagando las estrellas...
La luna bajó los escalones
y se marchó discreta.
Con el alba, las luces dibujaban
la imagen desolada de la casa de piedra.
dormitaba serena.
Un puñado de estrellas y cocuyos
se confundían en la enredadera.
Confidenciaban en lo alto de la casa
el viento y la veleta,
vaya a saber qué historia
misteriosa y secreta,
mientras, en la charca
las ranas conversaban
por el calor despiertas
y el ring...ring...de un grillo enamorado
que buscaba a su hembra,
ponía en el nocturno paisaje
monótona música de fiesta.
Aquella era una noche esperanzada
afuera de la casa que en tinieblas,
había cerrado las ventanas
reteniendo rencores y tristezas.
El grillo silenció su canto,
se fueron apagando las estrellas...
La luna bajó los escalones
y se marchó discreta.
Con el alba, las luces dibujaban
la imagen desolada de la casa de piedra.
SONETO PARA EL REGRESO
Una tarde de abril tú me trajiste
un cielo repartido en la mirada,
yo no tenía para darte, nada,
cuando a mi playa a descansar viniste.
Fueron quizá los rojos del otoño,
el gris azul del mar, el viento frío,
el tenerte quizá tan cerca mío
gestando una ilusión como un retoño.
Después de aquel encuentro vino el llanto
creció la soledad dentro del pecho
y caminé descalza cada trecho
sin saber que también me amabas tanto.
Por eso te regreso y en el lecho
se suaviza mi voz cuando te canto...
un cielo repartido en la mirada,
yo no tenía para darte, nada,
cuando a mi playa a descansar viniste.
Fueron quizá los rojos del otoño,
el gris azul del mar, el viento frío,
el tenerte quizá tan cerca mío
gestando una ilusión como un retoño.
Después de aquel encuentro vino el llanto
creció la soledad dentro del pecho
y caminé descalza cada trecho
sin saber que también me amabas tanto.
Por eso te regreso y en el lecho
se suaviza mi voz cuando te canto...
Que largo camino, mi camino !
Que largo camino, mi camino !
Lo voy transitando muchas veces
en el invierno frío
cuando desnudos árboles muestran
abandonados nidos.
Con cielo plomizo y con nevisca
debí cruzar el río
mientras el viento sacudía
mi mojado vestido.
Después la tierra pegajosa
y el barro ennegrecido
hicieron que mi frágil cuerpo
se tambaleara sigsagueando
en el camino.
Otras veces
el sol de primavera
y el verde recién nacido
pintaron el paisaje de poesía
esperanzas y bríos,
donde todo floreció como un milagro
anhelado y sentido.
De improviso
el verano me trajo sus frutos maduros
y acompañó mis pasos fatigados
controlando el apuro.
Inesperadas tormentas veraniegas
desbordaron los ríos
y aceleró mi pulso enamorado
un miedo presentido.
Después,
el camino se adornaba
con follajes ocres y tristezas
donde duendes y hadas se encontraron
para alegrar la siesta.....
El otoño llegaba dulcemente
con los colores a cuesta
dándome la paleta más preciada
de la naturaleza.
Me mostró la pintura de la tarde,
el brillo titilante de unaestrella,
el dibujo errante de las nubes
y el verde azul de las luciérnagas.
Me habló de la vida y de la muerte
en un bello poema.
Mi corazón en paz, mis manos limpias
con el alma serena,
visualiza el trecho que falta
recorrer en la niebla...
Lo voy transitando muchas veces
en el invierno frío
cuando desnudos árboles muestran
abandonados nidos.
Con cielo plomizo y con nevisca
debí cruzar el río
mientras el viento sacudía
mi mojado vestido.
Después la tierra pegajosa
y el barro ennegrecido
hicieron que mi frágil cuerpo
se tambaleara sigsagueando
en el camino.
Otras veces
el sol de primavera
y el verde recién nacido
pintaron el paisaje de poesía
esperanzas y bríos,
donde todo floreció como un milagro
anhelado y sentido.
De improviso
el verano me trajo sus frutos maduros
y acompañó mis pasos fatigados
controlando el apuro.
Inesperadas tormentas veraniegas
desbordaron los ríos
y aceleró mi pulso enamorado
un miedo presentido.
Después,
el camino se adornaba
con follajes ocres y tristezas
donde duendes y hadas se encontraron
para alegrar la siesta.....
El otoño llegaba dulcemente
con los colores a cuesta
dándome la paleta más preciada
de la naturaleza.
Me mostró la pintura de la tarde,
el brillo titilante de unaestrella,
el dibujo errante de las nubes
y el verde azul de las luciérnagas.
Me habló de la vida y de la muerte
en un bello poema.
Mi corazón en paz, mis manos limpias
con el alma serena,
visualiza el trecho que falta
recorrer en la niebla...
AGUSTÍN ( INDIO TOBA)
Muchas veces yo había viajado al norte del país para admirar sus bellezas naturales. Cataratas, montañas multicolores, historia de la colonia y Museos arqueológicos, carnavales indígenas de exuberante colorido, fauna y flora exótica, cardones gigantes, salinas... pero... mi excursión a la reservación Toba dejó en mi espíritu un emocionado recuerdo como ninguna otra cosa. Han transcurrido varias décadas desde aquella ocasión en la que por primera vez me adentraba en el paisaje del impenetrable Chaco y en el desconocido corazón de su gente.
Todo tenía el color y el olor de la pobreza. Niñitos desnudos sentados en la tierra con la piel salpicada de picaduras, heridas y costras.
-" La visita será breve"- nos había dicho el guia. La lepra es aquí endémica, la tuberculosis es una de las enfermedades más comunes. Hay gran mortalidad infantil y el promedio de vida es de 40 a 50 años como máximo.
Ante la crudeza de las observaciones algunas personas ni siquiera quisieron bajar del micro.
Caminando entre las precarias viviendas me encontré ante una choza donde un toba artesano, exponía a los turistas unos arcos y flechas de caña revestidos por un tejido multicolor. A nadie le interesaba el producto y la indiferencia dolía. Me detuve entonces a conversar con el aborigen para ponderar y comprar su trabajo. Su sonrisa mostró una boca desdentada y los ojos desaparecieron bajo los pliegues de sus múltiples arrugas. Le pregunté su nombre que no entendí, pero inmediatamente se corrigió y para aclarar dijo AGUSTÏN ! Entonces, yo también me presenté y le estreché la mano. Pagué, tomé mi compra, volví a felicitarlo y subí al micro que me esperaba y apuraba tocando bocina. Cuando me acomodé en el asiento y miré por la ventanilla, saludando con la mano en alto y corriendo detrás del autobús venía Agustín con su mejor y más agradecida sonrisa. Se me nublaron los ojos. Se había sentido respetado y me despedía como a un amigo querido. A medida que el vehículo se alejaba y la figura de Agustín quedaba pequeña, aquella flecha artesanal se me iba clavando para siempre en el corazón.
Gilda Ledesma Blashett- (reservado los derechos)
Todo tenía el color y el olor de la pobreza. Niñitos desnudos sentados en la tierra con la piel salpicada de picaduras, heridas y costras.
-" La visita será breve"- nos había dicho el guia. La lepra es aquí endémica, la tuberculosis es una de las enfermedades más comunes. Hay gran mortalidad infantil y el promedio de vida es de 40 a 50 años como máximo.
Ante la crudeza de las observaciones algunas personas ni siquiera quisieron bajar del micro.
Caminando entre las precarias viviendas me encontré ante una choza donde un toba artesano, exponía a los turistas unos arcos y flechas de caña revestidos por un tejido multicolor. A nadie le interesaba el producto y la indiferencia dolía. Me detuve entonces a conversar con el aborigen para ponderar y comprar su trabajo. Su sonrisa mostró una boca desdentada y los ojos desaparecieron bajo los pliegues de sus múltiples arrugas. Le pregunté su nombre que no entendí, pero inmediatamente se corrigió y para aclarar dijo AGUSTÏN ! Entonces, yo también me presenté y le estreché la mano. Pagué, tomé mi compra, volví a felicitarlo y subí al micro que me esperaba y apuraba tocando bocina. Cuando me acomodé en el asiento y miré por la ventanilla, saludando con la mano en alto y corriendo detrás del autobús venía Agustín con su mejor y más agradecida sonrisa. Se me nublaron los ojos. Se había sentido respetado y me despedía como a un amigo querido. A medida que el vehículo se alejaba y la figura de Agustín quedaba pequeña, aquella flecha artesanal se me iba clavando para siempre en el corazón.
Gilda Ledesma Blashett- (reservado los derechos)
MILAGRO
Yo, que me oscurecí
de tantos soles,
calcinada la piel de arena y fuego
y en la sal de la playa
enamorada
jugué con las gaviotas
y el lucero...
yo
que tengo la piel curtida a besos
y el corazón dormido en la barranca,
yo
que tengo la sangre saturada
de hastíos y nostalgias...
yo
que supe aprender
y olvidar luego
la Divina Enseñanza,
ante la talla gigante de tu Verbo
y la luz de tu palabra,
ante tu corazón dolido y tierno
y tu piedad descalza,
me estoy volviendo blanca
sin saberlo,
y hasta estoy asombrada
al sentir el contacto de tu mano
cuando me roza el alma.
de tantos soles,
calcinada la piel de arena y fuego
y en la sal de la playa
enamorada
jugué con las gaviotas
y el lucero...
yo
que tengo la piel curtida a besos
y el corazón dormido en la barranca,
yo
que tengo la sangre saturada
de hastíos y nostalgias...
yo
que supe aprender
y olvidar luego
la Divina Enseñanza,
ante la talla gigante de tu Verbo
y la luz de tu palabra,
ante tu corazón dolido y tierno
y tu piedad descalza,
me estoy volviendo blanca
sin saberlo,
y hasta estoy asombrada
al sentir el contacto de tu mano
cuando me roza el alma.
BOTERO ( a Caronte)
Caronte, los faroles de tus ojos esa noche
no encenderás conmigo,
porque no cruzaré el negro lago
remando en la niebla para viajar contigo.
Rechazo tu barca, Caronte,
no te necesito.
Cuando llegue el momento de mi viaje
no será por tu río.
No me esperes en la noche helada
temblando de frío,
no tengo una moneda de oro
para tu cruel servicio.
Un campo de lirios florecidos
verá remontarse mi alma alada,
cuando el lucero del alba
me señale la senda iluminada
no encenderás conmigo,
porque no cruzaré el negro lago
remando en la niebla para viajar contigo.
Rechazo tu barca, Caronte,
no te necesito.
Cuando llegue el momento de mi viaje
no será por tu río.
No me esperes en la noche helada
temblando de frío,
no tengo una moneda de oro
para tu cruel servicio.
Un campo de lirios florecidos
verá remontarse mi alma alada,
cuando el lucero del alba
me señale la senda iluminada
REFLEXIÖN I (el resultado de la competencia)
Larga fila de ciclistas
subían la escarpada senda.
Algunos llegarían a la meta
otros no, porque cayeron
entre piedras y malezas.
Tenían el vehículo apropiado
para la competencia.
Habían realizado los esfuerzos
de la preparación previa.
Eran también atletas entrenados
con probada destreza,
pero, el imponderable estaba en el sendero
mirando con sigilo aquella prueba.
Serán los mejores los que lleguen
al podio a recibir la ofrenda ?
Duda existencial eterna !
No siempre es así, porque el destino
enmascarado juega.
subían la escarpada senda.
Algunos llegarían a la meta
otros no, porque cayeron
entre piedras y malezas.
Tenían el vehículo apropiado
para la competencia.
Habían realizado los esfuerzos
de la preparación previa.
Eran también atletas entrenados
con probada destreza,
pero, el imponderable estaba en el sendero
mirando con sigilo aquella prueba.
Serán los mejores los que lleguen
al podio a recibir la ofrenda ?
Duda existencial eterna !
No siempre es así, porque el destino
enmascarado juega.
LA FE

Resbaló de sus manos temblorosas
y la dejó caer.
Rodó entre la gente, confundida...
rodó sin saber...
Otras manos solidarias esa noche
por amor, o no sé qué,
cubrieron con piadosa ternura
su triste desnudez.
y así fue que de mano en mano iba
aquella que una vez
resbaló de sus manos temblorosas
y la dejó caer.
Hoy no sabe quien la tiene
ni sabe a donde fue.
II
El pecho se contrae cada tanto
en pequeños suspiros.
El amor desolado se pregunta
¿cómo fue? La he perdido?
Una mujer permanece arrodillada
en la penunmbra del santuario frío...
De pronto, dos lágrimas resbalan
y a la luz de los cirios
la imagen sagrada
se acrecienta en su postrer martirio...
La FE perdida ha retornado
otra vez a su sitio.
DUALIDAD
El viento enajenado
desgajó los árboles del huerto.
Como rugiente monstruo liberado
asustó a los pájaros y destruyó sus nidos.
Se fué después
creyendo haber vencido.
Llegó la brisa y dulcemente
perdón pidió a todos los caídos.
En el jardín donde la rosa estaba
buscó los pétalos perdidos
mientras la rosa blanca desflorada
perfumaba aún en su martirio.
La brisa recogió el perfume
y lo llevó por todos los caminos.
LOS COLORES Y MISTERIOS DE LA SOLEDAD
Desovilla la tarde frías nubes de otoño
que oscurecen el cielo entre magenta y gris...
Silbando pasa un hombre seguido de su perro
y una cortina blanca tras la vieja ventana
se termina de abrir.
Ella tiene recuerdos salpicados de sombras
y años que la ausencia no le dejó vivir...
él pasa cada día con su perrito negro
como un remordimiento que no deja mentir.
Detrás de la ventana, los ocre desteñidos...
En la calle marcando los pasos del destino
camina hacia la esquina tiritando de frío
un sueño abandonado...negado...desmentido.
que oscurecen el cielo entre magenta y gris...
Silbando pasa un hombre seguido de su perro
y una cortina blanca tras la vieja ventana
se termina de abrir.
Ella tiene recuerdos salpicados de sombras
y años que la ausencia no le dejó vivir...
él pasa cada día con su perrito negro
como un remordimiento que no deja mentir.
Detrás de la ventana, los ocre desteñidos...
En la calle marcando los pasos del destino
camina hacia la esquina tiritando de frío
un sueño abandonado...negado...desmentido.
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Canción con todos
Datos personales
- Gilda
- Nació en Rosario donde cursa estudios universitarios en Letras. Radicada en la Capital Federal estudia con Raota fotografía y laboratorio; con Perla Cordini, escultura y cerámica; con B.Jesiot, R.Insaurralde,Marcos Borio, Miguel A. Bengochea,pintura. Realiza cursos de Arte con el crítico F.Fevré y figura en diversos Libros relacionados con las Artes Plásticas. Ha realizado 12 exposiciones individuales y obtenido premios y distinciones nacionales y extranjeras.En marzo 2012 aparecerá su nuevo libro " Transitando Recuerdos" ediciones Del Dragón.