Día del Amigo
Bienvenidos a mi página para compartir la diversidad del Arte en sus múltiples manifestaciones.
EL NAUFRAGO
Altos acantilados de negras rocas volcánicas bordeaban la isla que mirada desde allí, era totalmente árida. Como fantasmas enhiestos, las formaciones rocosas y la niebla del anochecer la hacían más tétrica todavía. El calor era sofocante.
Parado en aquella playa desolada, contempló conmovido la dureza del paisaje. Con las pocas fuerzas que le quedaban, empujó el bote hasta un lugar donde las olas no lo arrastraran. No podía perderlo, de él dependía si quería seguir en busca de la salvación. Se dejó caer aplastando la arena con sus anchas y curtidas espaldas mientras observaba el cielo encapotado.
El nunca había creído en deidades, ni dioses, ni nada... era totalmente agnóstico, pero de improviso, musitando una oración aprendida de niño se fue durmiendo.
Había navegado todos los mares desafiando a Poseidón cada vez que éste hundía su tridente levantando tempestades, pero ahora, el rey del mar lo hizo zozobrar convirtiéndolo en un náufrago indefenso y confuso.
Lo despertó la lluvia cuando amanecía. Con avidez y regocijo, bebió largamente el agua fresca y reconfortante. Se acordó que hacía mucho no se alimentaba. Esperó guarecido en una saliente de piedra caliza y cuando la tormenta pasó, decidió explorar la isla. Trepó con dificultad algunas rocas, luego otras y otras...solo veía la desolación de una superficie volcánica sin rastros de vegetación. Se resbaló varias veces ,le dolía todo y estaba hambriento. Se alegró que el sol aún no se asomara con su fuego inclemente que como látigo había azotado su cuerpo varios días. Al apoyar su mano en una roca, descubrió varios huevos oscuros en un nido oscuro también. Sin pensarlo los comió con ansiedad. No sintió ningún sabor, pero supo que podría vivir un poco más. Buscaría otros nidos. No había visto ningún pájaro aún.
Extrañas formaciones de piedra caliza, le hicieron pensar en un templo megalítico.
¿Dónde estaba? ¿A dónde lo había empujado el mar? ¿Qué era aquello? En Escandinavia había visto algo parecido que se remontaba a varios siglos aC. pero ahora estaba en otras latitudes... sus cansados pero bellos ojos verdes se llenaron de asombro y duda. Caminó entre aquellas fantasmales formaciones y si hubiera sido gorila- pensó- se hubiera golpeado el pecho en señal de posesión.
Aquel viejo marino tenía aún la fortaleza espiritual que lo mantenía esperanzado y sacando fuerzas dio toda la vuelta a la isla encontrándose de nuevo frente a su pequeña embarcación rescatada del naufragio.
Miró la isla inhóspita y desierta, arrastró el bote hasta el agua y se perdió nuevamente en el mar.
Gilda Ledesma Blashett - Bs.As. marzo 2014
Reservado todos los derechos
Altos acantilados de negras rocas volcánicas bordeaban la isla que mirada desde allí, era totalmente árida. Como fantasmas enhiestos, las formaciones rocosas y la niebla del anochecer la hacían más tétrica todavía. El calor era sofocante.
Parado en aquella playa desolada, contempló conmovido la dureza del paisaje. Con las pocas fuerzas que le quedaban, empujó el bote hasta un lugar donde las olas no lo arrastraran. No podía perderlo, de él dependía si quería seguir en busca de la salvación. Se dejó caer aplastando la arena con sus anchas y curtidas espaldas mientras observaba el cielo encapotado.
El nunca había creído en deidades, ni dioses, ni nada... era totalmente agnóstico, pero de improviso, musitando una oración aprendida de niño se fue durmiendo.
Había navegado todos los mares desafiando a Poseidón cada vez que éste hundía su tridente levantando tempestades, pero ahora, el rey del mar lo hizo zozobrar convirtiéndolo en un náufrago indefenso y confuso.
Lo despertó la lluvia cuando amanecía. Con avidez y regocijo, bebió largamente el agua fresca y reconfortante. Se acordó que hacía mucho no se alimentaba. Esperó guarecido en una saliente de piedra caliza y cuando la tormenta pasó, decidió explorar la isla. Trepó con dificultad algunas rocas, luego otras y otras...solo veía la desolación de una superficie volcánica sin rastros de vegetación. Se resbaló varias veces ,le dolía todo y estaba hambriento. Se alegró que el sol aún no se asomara con su fuego inclemente que como látigo había azotado su cuerpo varios días. Al apoyar su mano en una roca, descubrió varios huevos oscuros en un nido oscuro también. Sin pensarlo los comió con ansiedad. No sintió ningún sabor, pero supo que podría vivir un poco más. Buscaría otros nidos. No había visto ningún pájaro aún.
Extrañas formaciones de piedra caliza, le hicieron pensar en un templo megalítico.
¿Dónde estaba? ¿A dónde lo había empujado el mar? ¿Qué era aquello? En Escandinavia había visto algo parecido que se remontaba a varios siglos aC. pero ahora estaba en otras latitudes... sus cansados pero bellos ojos verdes se llenaron de asombro y duda. Caminó entre aquellas fantasmales formaciones y si hubiera sido gorila- pensó- se hubiera golpeado el pecho en señal de posesión.
Aquel viejo marino tenía aún la fortaleza espiritual que lo mantenía esperanzado y sacando fuerzas dio toda la vuelta a la isla encontrándose de nuevo frente a su pequeña embarcación rescatada del naufragio.
Miró la isla inhóspita y desierta, arrastró el bote hasta el agua y se perdió nuevamente en el mar.
Gilda Ledesma Blashett - Bs.As. marzo 2014
Reservado todos los derechos
Ayer
He abierto los ojos
ante la presencia silenciosa
de mis nostálgicos ayeres
y, los he visto mirarme
desafiantes
desde la penumbra azul
de los recuerdos.
Rencorosos los sueños incumplidos
y los proyectos fracasados,
danzaban desnudos
al compás de fúnebres campanas
que tañendo en el ocaso
me hablaban de inexorables relojes
de tiempos irrepetibles...
Estaban ante mí
cubiertos sus rostros
con el velo que tejieron
artesanales arácnidos.
Me acerqué.
Se acercaron.
Vi que lloraban en silencio.
Les pedí perdón.
Me abrazaron.
( reservado todos los derechos)
ante la presencia silenciosa
de mis nostálgicos ayeres
y, los he visto mirarme
desafiantes
desde la penumbra azul
de los recuerdos.
Rencorosos los sueños incumplidos
y los proyectos fracasados,
danzaban desnudos
al compás de fúnebres campanas
que tañendo en el ocaso
me hablaban de inexorables relojes
de tiempos irrepetibles...
Estaban ante mí
cubiertos sus rostros
con el velo que tejieron
artesanales arácnidos.
Me acerqué.
Se acercaron.
Vi que lloraban en silencio.
Les pedí perdón.
Me abrazaron.
( reservado todos los derechos)
YO CONOCI AL PERSONAJE DEL CUADRO
-Rajate ya... te están buscando.
-Qué? Que pasa?
-Tiene que ser ahora si querés salvar el pellejo. Andate HOY !!!
-Qué sucede Almirante ?...
-No preguntes nada y andate lo más rápido posible. Tengo que cortar. Estás prevenido.
Aquella voz grave y autoritaria resonaba en los oídos del pintor que miraba atónito el teléfono. Caminó por la casa anonadado. En el taller, un caballete enorme sostenía aquella tela recién manchada con un rojo sangre y largas pinceladas negras... parecía un presagio. La voz del teléfono era la de un personaje siniestro que por alguna razón se había humanizado.
"Rajate ya, te están buscando" Esta frase tan breve tenía dos lecturas: era una órden y era un consejo. El pintor se miró en el espejo del baño que le devolvió un imagen desorientada. Qué hago? se preguntó... a dónde voy? Pasaron unos minutos cuando el teléfono volvió a sonar. No sabía si atender o no. Dudó y lo dejó sonar, pero nuevamente la campanilla insistente y reiterada lo decidió.
- Hola !
- Por fín, dónde estabas?
- Hablá rápido porque tengo que salir.
- Te vinieron a buscar. Creo que eran...
- Ya sé, ya se... Qué les dijiste?
- La verdad, que estamos separados. Que yo vivo con los chicos. Dijeron que volverían, estoy muy preocupada. En qué andás?
- No te aflijas, debe ser un error. Yo voy a desaparecer por un tiempo.
- A dónde vas? Con quién?
- Aún no se. Ya te mandaré algún mensaje Voiy a cortar
- Cuidate!
- Vos también. Besos a los chicos.
Tomó la agenda y por precaución fue a un teléfono público. El gerente de la agencia de viajes estaba ocupado así que lo atendió la secretaria.
- Hola maestro, qué gusto, a dónde piensa ir?
- A España y es necesario que me consiga un pasaje para hoy.
- El vuelo de hoy está sobrevendido. Parece que todos eligen el mismo destino. Tendría que ser... a ver, déjeme chequear... el miércoles a las 22,15 hs.
- No, no, no. No me entiende. HOY!!! HOY!!!
- Imposible.
- Que tiene para ahora, cualquier destino.
- Frankfour 23,30 hs.
- Perfecto. Dentro de un rato paso.
Volvió a su casa taller y destapó una lata de las muchas que había en el lugar, con la diferencia que ésta no contenía pintura. Sacó un paquete y lo colocó sobre la mesada. Deparó los billetes, 5.300 dólares. Guardó algo en la riñonera que ajustó a su cinrura y otro poco en el bolso de mano que llevaría como único equipaje. Juntó alguna ropa, el pasaporte, la agenda, la foto de los chicos y salió.
*** 2 ***
Un Falcon verde se detuvo. Tres hombres que parecían calcados se dirigieron a la casa. Los tres eran de pelo negro, tupido bigote, anteojos ahumados, traje oscuro.
Golpearon. Esperaron... decidieron entrar y forzaron la cerradura. Buscaron al ausente por toda la casa revisando hasta el más mínimo detalle. La ropa estaba en su lugar. La heladera tenía alimentos frescos. En el taller estaban algunos cuadros húmedos aún. Se miraron. El silencio pesaba incierto. No parecía que se hubiera ido. Todo estaba bien. Se sentaron a esperar. Fumaron varios cigarrillos. De pronto sonó el teléfono. Se miraron.
- Atendé (ordenó uno)
- Quien és?
- Ah, hola, soy Juan el techista. Quería saber si puedo ir el sábado para ver lo de la humedad...
- Sí, claro, puede venir, adiós.
- Es evidente que está. Lo pescaremos. Vamos a poner una guardia en la esquina para que avise cuando llegue. Va a caer y va a cantar todo lo que sabe.
- Avisá que manden al gordo así nos vamos.
Cuando llegó el relevo se marcharon. Ya habían pasado dos horas.
*** 3 ***
- David, soy yo
- Hola amigo, como estás?
- Necesito ayuda. Escuchame bien. Voy a ser breve. Juntame todo el dinero que tengas disponible a cuenta de los cuadros.
- Para cúado?
- Para ahora
- Qué pasa pibe?
- David, no puedo entrar en detalles. Te espero en la Plaza San Martín a las siete con lo que tengas.
- El Banco ya está cerrado. En casa tengo un pucho.
- Hacé lo que puedas. Te espero. Chau ( cortó)
David quedó pasmado. Una actitud desconocida, misteriosa... le dió miedo. En qué andaría? Eran las seis de la tarde, faltaba una hora. Estaban a pocas cuadras. Por qué no vino a la Galería? Estaría huyendo de alguien? Activista, no es, que yo sepa. Mientras pensaba calculó: tengo tres cuadros que valen alrededor de treinta mil dólares. Antes de fin de año se venden. Es premio Nacional. Es un a amigo... él confía en mí... Salió rápidamente y se dirigió a su casa. Esquivando a la esposa se encerró en la biblioteca. Corrió la alfombra, bajó al pequeño sótano y sacó la caja de zapatos. Contó: 20 Mejicanos de oro, 12 Chilenos de oro. Separó el efectivo, cinco mil dólares, hizo un paquetito y salió.
La plaza elegante e iluminada como siempre, estaba a la vista. El viento apacible del otoño de Buenos Aires remolineaba cada tanto algún conjunto de hojas recientemente desprendidas de los árboles vecinos. Un ir y venir incesante de personas apuradas, comerciantes, empleados, turistas...
David agudizó la mirada en busca del pintor amigo. Miró el reloj. Siete menos cinco. Dónde estará? Su viejo corazón latía asustado. Alguien lo tocó. Giró rápidamente y al verlo ahí, sintió alivio y alegría. Las preguntas se agolparon después del abrazo. Se sentaron en un banco y charlaron.
- No te puedo contar más de lo que te dije porque no quiero comprometerte. Te juro que no tengo nada que ver. Me voy por precaución. Me avisaron que estoy en riesgo y el que me lo dijo, sabe de que habla. Disponé de las obras que están en el taller. Si te preguntan, deciles que las necesitás para una exposición.
David le dió el paquetito. Se abrazaron de nuevo al llegar a la esquina.
- Hasta siempre amigo. Te estoy muy agradecido.
Cruzó la calle para tomar un taxi rumbo al aeropuerto. El galerista lo vio de espaldas y le pareció más alto que nunca, como una estatua griega representando a Zeus.
***4***
En Madrid era primavera. El viento fresco del atardecer le recordó el otoño de la patria y la caliz del idioma lo hizo sentirse mejor. Por un tiempo no se conectaría con nadie. En España había otros artistas que como él buscaban refugio a una persecución absurda.
***5***
Un coche oscuro esperaba en la esquina de la escuela. Grupos de adolescentes salían charlando y riendo. Una voz dijo: Paloma? y ella respondió. Se la llevaron. Tenía 16 años. El odio contra el pintor que no pudieron encontrar, se manifestó cruelmente en el secuestro y desaparición de su hija.
***6***
Transcurrieron varios años.
Otras hojas desteñidas crujen aplastadas por otros pasos apurados. Por la calle mojada, camina delante de su sombra como arrastrando una pesada carga. Sería él? Aquel hermoso Apolo, príncipe del Olimpo, admirado por su talento, sencillez y belleza? Sí. Nada en él era vulgar. No podía ser confundido, pero había cambiado algo, su mirada. Aquellos ojos soñadores ya no tenían brillo y sus párpados caín cansados dándole al rostro una expresión de tristeza. Se alejaba despacio, por el tortuoso sendero de las sierras. Su refugio estaba en aquel pueblo sencillo, entre montañas y riachos serpenteantes.
La calle,encharcada de lluvia compartía con el viento del Este la presencia solitaria del pintor. Nunca se perdonó el haber huido solo. Jamás pensó que su partida perjudicaría a su familia. Aquel hermoso joven tan admirado por su galerista, se convirtió en poicos años, en un encorvado anciano con el corazón lacerado para siempre.
***7***
En el elegante Salón de Exposiciones, el público observaba en silencio las últimas obras expuestas cuyo contenido desconcertaba. Oscuras, tétricas, extrañas.
- Qué te pasa? A media voz preguntó Bety al ver mis lágrimas
- Esa obra me conmueve. Es tan triste!
- "El Pintor" Qué buena composición !
- Si. El hombre parado junto a la mesa con tarros de pintura. Solo eso, pero fijate los ojos, parecen secos y las manos artrosicas, cansadas. Es el, es como una biografía. Yo conoci al personaje del cuadro. Fue un joven idealista que se fue del país para salvar su vida y al no poder capturarlo, en represalia le mataron a la hija.
- Pero, vive aun este personaje...
- Si... pero está muerto.
Reservado todos los derechos
-Qué? Que pasa?
-Tiene que ser ahora si querés salvar el pellejo. Andate HOY !!!
-Qué sucede Almirante ?...
-No preguntes nada y andate lo más rápido posible. Tengo que cortar. Estás prevenido.
Aquella voz grave y autoritaria resonaba en los oídos del pintor que miraba atónito el teléfono. Caminó por la casa anonadado. En el taller, un caballete enorme sostenía aquella tela recién manchada con un rojo sangre y largas pinceladas negras... parecía un presagio. La voz del teléfono era la de un personaje siniestro que por alguna razón se había humanizado.
"Rajate ya, te están buscando" Esta frase tan breve tenía dos lecturas: era una órden y era un consejo. El pintor se miró en el espejo del baño que le devolvió un imagen desorientada. Qué hago? se preguntó... a dónde voy? Pasaron unos minutos cuando el teléfono volvió a sonar. No sabía si atender o no. Dudó y lo dejó sonar, pero nuevamente la campanilla insistente y reiterada lo decidió.
- Hola !
- Por fín, dónde estabas?
- Hablá rápido porque tengo que salir.
- Te vinieron a buscar. Creo que eran...
- Ya sé, ya se... Qué les dijiste?
- La verdad, que estamos separados. Que yo vivo con los chicos. Dijeron que volverían, estoy muy preocupada. En qué andás?
- No te aflijas, debe ser un error. Yo voy a desaparecer por un tiempo.
- A dónde vas? Con quién?
- Aún no se. Ya te mandaré algún mensaje Voiy a cortar
- Cuidate!
- Vos también. Besos a los chicos.
Tomó la agenda y por precaución fue a un teléfono público. El gerente de la agencia de viajes estaba ocupado así que lo atendió la secretaria.
- Hola maestro, qué gusto, a dónde piensa ir?
- A España y es necesario que me consiga un pasaje para hoy.
- El vuelo de hoy está sobrevendido. Parece que todos eligen el mismo destino. Tendría que ser... a ver, déjeme chequear... el miércoles a las 22,15 hs.
- No, no, no. No me entiende. HOY!!! HOY!!!
- Imposible.
- Que tiene para ahora, cualquier destino.
- Frankfour 23,30 hs.
- Perfecto. Dentro de un rato paso.
Volvió a su casa taller y destapó una lata de las muchas que había en el lugar, con la diferencia que ésta no contenía pintura. Sacó un paquete y lo colocó sobre la mesada. Deparó los billetes, 5.300 dólares. Guardó algo en la riñonera que ajustó a su cinrura y otro poco en el bolso de mano que llevaría como único equipaje. Juntó alguna ropa, el pasaporte, la agenda, la foto de los chicos y salió.
*** 2 ***
Un Falcon verde se detuvo. Tres hombres que parecían calcados se dirigieron a la casa. Los tres eran de pelo negro, tupido bigote, anteojos ahumados, traje oscuro.
Golpearon. Esperaron... decidieron entrar y forzaron la cerradura. Buscaron al ausente por toda la casa revisando hasta el más mínimo detalle. La ropa estaba en su lugar. La heladera tenía alimentos frescos. En el taller estaban algunos cuadros húmedos aún. Se miraron. El silencio pesaba incierto. No parecía que se hubiera ido. Todo estaba bien. Se sentaron a esperar. Fumaron varios cigarrillos. De pronto sonó el teléfono. Se miraron.
- Atendé (ordenó uno)
- Quien és?
- Ah, hola, soy Juan el techista. Quería saber si puedo ir el sábado para ver lo de la humedad...
- Sí, claro, puede venir, adiós.
- Es evidente que está. Lo pescaremos. Vamos a poner una guardia en la esquina para que avise cuando llegue. Va a caer y va a cantar todo lo que sabe.
- Avisá que manden al gordo así nos vamos.
Cuando llegó el relevo se marcharon. Ya habían pasado dos horas.
*** 3 ***
- David, soy yo
- Hola amigo, como estás?
- Necesito ayuda. Escuchame bien. Voy a ser breve. Juntame todo el dinero que tengas disponible a cuenta de los cuadros.
- Para cúado?
- Para ahora
- Qué pasa pibe?
- David, no puedo entrar en detalles. Te espero en la Plaza San Martín a las siete con lo que tengas.
- El Banco ya está cerrado. En casa tengo un pucho.
- Hacé lo que puedas. Te espero. Chau ( cortó)
David quedó pasmado. Una actitud desconocida, misteriosa... le dió miedo. En qué andaría? Eran las seis de la tarde, faltaba una hora. Estaban a pocas cuadras. Por qué no vino a la Galería? Estaría huyendo de alguien? Activista, no es, que yo sepa. Mientras pensaba calculó: tengo tres cuadros que valen alrededor de treinta mil dólares. Antes de fin de año se venden. Es premio Nacional. Es un a amigo... él confía en mí... Salió rápidamente y se dirigió a su casa. Esquivando a la esposa se encerró en la biblioteca. Corrió la alfombra, bajó al pequeño sótano y sacó la caja de zapatos. Contó: 20 Mejicanos de oro, 12 Chilenos de oro. Separó el efectivo, cinco mil dólares, hizo un paquetito y salió.
La plaza elegante e iluminada como siempre, estaba a la vista. El viento apacible del otoño de Buenos Aires remolineaba cada tanto algún conjunto de hojas recientemente desprendidas de los árboles vecinos. Un ir y venir incesante de personas apuradas, comerciantes, empleados, turistas...
David agudizó la mirada en busca del pintor amigo. Miró el reloj. Siete menos cinco. Dónde estará? Su viejo corazón latía asustado. Alguien lo tocó. Giró rápidamente y al verlo ahí, sintió alivio y alegría. Las preguntas se agolparon después del abrazo. Se sentaron en un banco y charlaron.
- No te puedo contar más de lo que te dije porque no quiero comprometerte. Te juro que no tengo nada que ver. Me voy por precaución. Me avisaron que estoy en riesgo y el que me lo dijo, sabe de que habla. Disponé de las obras que están en el taller. Si te preguntan, deciles que las necesitás para una exposición.
David le dió el paquetito. Se abrazaron de nuevo al llegar a la esquina.
- Hasta siempre amigo. Te estoy muy agradecido.
Cruzó la calle para tomar un taxi rumbo al aeropuerto. El galerista lo vio de espaldas y le pareció más alto que nunca, como una estatua griega representando a Zeus.
***4***
En Madrid era primavera. El viento fresco del atardecer le recordó el otoño de la patria y la caliz del idioma lo hizo sentirse mejor. Por un tiempo no se conectaría con nadie. En España había otros artistas que como él buscaban refugio a una persecución absurda.
***5***
Un coche oscuro esperaba en la esquina de la escuela. Grupos de adolescentes salían charlando y riendo. Una voz dijo: Paloma? y ella respondió. Se la llevaron. Tenía 16 años. El odio contra el pintor que no pudieron encontrar, se manifestó cruelmente en el secuestro y desaparición de su hija.
***6***
Transcurrieron varios años.
Otras hojas desteñidas crujen aplastadas por otros pasos apurados. Por la calle mojada, camina delante de su sombra como arrastrando una pesada carga. Sería él? Aquel hermoso Apolo, príncipe del Olimpo, admirado por su talento, sencillez y belleza? Sí. Nada en él era vulgar. No podía ser confundido, pero había cambiado algo, su mirada. Aquellos ojos soñadores ya no tenían brillo y sus párpados caín cansados dándole al rostro una expresión de tristeza. Se alejaba despacio, por el tortuoso sendero de las sierras. Su refugio estaba en aquel pueblo sencillo, entre montañas y riachos serpenteantes.
La calle,encharcada de lluvia compartía con el viento del Este la presencia solitaria del pintor. Nunca se perdonó el haber huido solo. Jamás pensó que su partida perjudicaría a su familia. Aquel hermoso joven tan admirado por su galerista, se convirtió en poicos años, en un encorvado anciano con el corazón lacerado para siempre.
***7***
En el elegante Salón de Exposiciones, el público observaba en silencio las últimas obras expuestas cuyo contenido desconcertaba. Oscuras, tétricas, extrañas.
- Qué te pasa? A media voz preguntó Bety al ver mis lágrimas
- Esa obra me conmueve. Es tan triste!
- "El Pintor" Qué buena composición !
- Si. El hombre parado junto a la mesa con tarros de pintura. Solo eso, pero fijate los ojos, parecen secos y las manos artrosicas, cansadas. Es el, es como una biografía. Yo conoci al personaje del cuadro. Fue un joven idealista que se fue del país para salvar su vida y al no poder capturarlo, en represalia le mataron a la hija.
- Pero, vive aun este personaje...
- Si... pero está muerto.
Reservado todos los derechos
JULISKA - (Austria 1867)- Questa storia é vera -
In memoria di mia nona Filomena.
(reservados todos los derechos)
***
El castillo Herberstein recién remodelado, lucía aquella noche el esplendor de las mejores galas vienesas. Lo más selecto de la sociedad estaba en Estiria.
Los padres de Juliska, enamorados de los paisajes montañosos que cambiaban su fisonomía con cada estación, eran visitantes habitué de aquella zona. No pertenecían a la nobleza, pero tenían una destacada posición social y como buenos austrohúngaros adinerados, se relacionaban con personalidades de la corte, hacienndo amistades en los diversos países que visitaban.
Así fue que aquella noche, el castillo Herberstein, sería testigo de un encuentro que es motivo de esta historia.
Alta, espigada, de hermosos ojos color violeta y rubios cabellos ensortijados, los dieciocho años de Juliska deslumbraron a los apuestos jóvenes del salón. Pero solo Leopold sería el elegido. Ambos sintieron al mirarse, que serían el uno para el otro.
Ella húngara, nacida en Budapest, hablaba varios idiomas y vivía con su familia en la capital de su país. Leopold, austríaco de veinticuatro años, pertenecía a la nobleza y tenía como ella una vasta cultura. Vivía en Müzzushag, cerca de Viena.
Después de las presentaciones, vino el baile, el galanteo, los sonrojos...hablaron mucho, rieron como niños caminando por los jardines y supieron que se amarían siempre. El primer amor. El de los besos tiernos con la boca cerrada y los ojos entornados. Como en los cuentos, se casaron después de un corto noviazgo. Juliska se instaló en la magnífica residencia de su consorte donde vivió con sus suegros y cuñados. Cuando nació Alexa, la felicidad era total, pero, el destino, por llamarlo de alguna manera, le tenía sorpresas y angustias incontables que comenzaron cuando un inesperado y extraño acontecimiento cercenó la vida de Leopold a los veintiséis años. No encontró Juliska una explicación que sirviera de consuelo. Todo era oscuridad en su corazón herido. Había perdido inesperadamente la presencia física de su esposo y con él las ganas de seguir viviendo. La pequeña Alexa lloraba de hambre, pero ella no lo registraba. Había sufrido un shock emocional del que no se recuperaría en mucho tiempo.
Después de dos años de luto riguroso y llanto contínuo, un día la severa y autoritaria suegra le pidió que la acompañara a la ciudad a elegir telas para que las costureras comiencen a prepararles ropa de medio luto.
Cuando el carruaje se detuvo frente a la casa de modas, el frágil pié de Juliska tropieza y casi cae en la calle, pero estaban allí unos jóvenes que la sostuvieron ayudándale a salir del trance.
Después de varias horas, al retirarse del negocio, la suegra observó que seguían allí los tres jóvenes a quienes miró con desdén porque parecían pueblerinos ordinarios y curiosos.
Pasaron unos días de este acontecimiento, cuando un atardecer, junto con la noche llegó una serenata. Una serenata de amor...
"Cara Juliska, tú sei mia gioia"
"I tui occhi abbracciare il mio cuore"... etc...
El estupor primero, la ira después, produjo en el interior del palacio una conmoción general.
- Quienes son esos zaparrastrosos ?
- No lo se... como puedo saber?
- Dicen tu nombre. Te conocen quizá de antes de desposarte con mi hijo. Le habrás dado motivos!
- No madre ! Jamás tuve novio. Leopold fue mi primer y único amor, no comprendo...
El fastidio de la familia, los cuchicheos, la desconfianza, agravaron la salud y tristeza de Juliska.
Pasaron algunos días y nuevamente al pie de la colina, el trío italiano con la mandolina irrumpió en el silencio con nuevas melodías amorosas. Era el colmo de la desverguenza. Había que tomar medidas. La honra de la familia y la memoria del hijo estaba en el tapete. Esa noche los suegros deliberaron en privado.
El cielo se fue cargando de oscuros nubarrones. La noche presagiaba tormenta. Un antiguo reloj dejaba oir sus sobrias campanadas, mientras afuera la lluvia sublevada caía insesantemente empujada por el viennto que furioso castigaba los retoños que la primavera había hecho brotar. Los relámpagos zigzagueaban en el cielo iluminando de a ratos un paisaje fantasmal. La ronca voz de algún trueno anunciando un rayo, estremecía a los árboles alineados en el camino. Adentro, también la tormenta se instalaba en los corazones.
Pasaron varios días tensos y silenciosos.
Una tarde, a la hora del té, todos los integrantes de la familia fueron convocados para recibir a un visitante. Era un hombre de baja estatura. Vestía sensillo, como gente de pueblo o trovador errante. Tenía ojos claros y sonrisa amable. Se presentó como Vittorio, de veintiocho años, italiano, de paso por Austria y con domicilio en Nápoles.
Lo habían citado para que explicara su conducta. Con gran desenfado expuso que su serenata le había nacido del corazón enamorado desde el día en el que al sostenerla para que no cayera, vió sus ojos color violeta, enigmáticos y tristes. Dijo que en La Palata, poseía una plantación de olivares y que estaba interesado en Juliska con la esperanza de hacerla su esposa.
En la entrevista solo hablaron los suegros y el candidato que insolitamente llegaba a la triste vida de Juliska.
Los dueños de casa se pusieron de pie dando por terminada la reunión. El pedido de mano estaba realizado. Vittorio se retiró haciendo reverencia a los anfitriones.
Juliska que había permanecido en silenncio y con la mirada baja, se levantó conteniendo un sollozo y gritó:
- Prefiero morir ! No pueden obligarme... Yo amo a Leopold !
- Es por tu bien y el honor de la familia a la que ahora perteneces. Tu reputación está en boca de todo el pueblo. Hemos decidido que te cases con el italiano y te radiques lo más lejos posible de todas estas habladurías y conjeturas. Una vez desposada tu reputación quedará limpia. Te daremos la herencia de tu esposo que es mucha y la niña quedará con nosotros. Será educada como corresponde al linaje de su padre.
Todos se retiraron y Juliska más sola que nunca se dirigió a la capilla del palacio para conversar con un Diuos que parecía haberla olvidado. Tenía solo veinte años. Había perdido a su amor y su hijita era criada y educada por otras personas. Padres y suegros significaban la autoridad y había que obedecer.
El matrimonio de Juliska y Vittorio fue la unión de dos personas diametralmente opuestas. Se radicaron en el Ducado de La Palata en el reino de Nápoles, situada junto al mar Adriático con suaves laderas florecidas, olivares, nogales y verdes campiñas. Pero, nada de lo que Vittorio podía ofrecerle la hacía feliz. El nunca imaginó que una serenata sería interpretada ofensiva y maliciosa, poniendo en tela de juicio la honra de una mujer. Como buen italiano enamorado, intentó expresar con pasión y canciones su inmenso y juvenil amor, pero la elegida de su corazón no lo amaba y se dirigía a él con total indiferencia. Después de varios años, tuvieron una hija a la que llamaron Filomena.
Viajaron por casi todo el mundo sin que la relación mejorara. Vittorio era un bohemio inestable que derrochaba la fortuna de su esposa y tocaba la mandolina en sus largas horas de soledad emocional. Ambos fueron muy desdichados. Juliska veía convertirse en mujes a su Filomena cada vez más parecida al padre. Estatura pequeña de aspecto frágil y dulces ojos celestes. Cantaba como él con melodiosa voz y era su único consuelo en la contínua nostalgia que la trasladaba al pasado con Leopold y la angustia de no poder ver a su primogénita Alexa.
Joven aún, en uno de sus tantos viajes, lejos de su patria y sus raíces, una tarde de mayo, se dejó acariciar por el sueño final, cerrando aquellos ojos de color violeta que fueron el motivo de felicidad con Leopold y triste convivencia con Vittorio.
Cuantas veces la belleza puede jugar en contra, pensó más de una vez, apenándose por el marido impuesto al que no pudo amar y que sin mala intención, fue el culpable de su desgracia.
Le tocó vivir en una sociedad autoritaria y prejuiciosa donde la mujer no tenía derecho a elegir ni decidir.
La sociedad argentina la conoició como Amalia de Gentile, ya que al ingresar al país cambió su nombre convencida de que Juliska murió junto con Leopold. Vittorio, conocido como Tatón, vivió junto a su hija Filomena y ya no volvió a viajar. Se dedicó a cuidar la parcela donde dormía su gran amor- Juliska -
(reservados todos los derechos)
***
El castillo Herberstein recién remodelado, lucía aquella noche el esplendor de las mejores galas vienesas. Lo más selecto de la sociedad estaba en Estiria.
Los padres de Juliska, enamorados de los paisajes montañosos que cambiaban su fisonomía con cada estación, eran visitantes habitué de aquella zona. No pertenecían a la nobleza, pero tenían una destacada posición social y como buenos austrohúngaros adinerados, se relacionaban con personalidades de la corte, hacienndo amistades en los diversos países que visitaban.
Así fue que aquella noche, el castillo Herberstein, sería testigo de un encuentro que es motivo de esta historia.
Alta, espigada, de hermosos ojos color violeta y rubios cabellos ensortijados, los dieciocho años de Juliska deslumbraron a los apuestos jóvenes del salón. Pero solo Leopold sería el elegido. Ambos sintieron al mirarse, que serían el uno para el otro.
Ella húngara, nacida en Budapest, hablaba varios idiomas y vivía con su familia en la capital de su país. Leopold, austríaco de veinticuatro años, pertenecía a la nobleza y tenía como ella una vasta cultura. Vivía en Müzzushag, cerca de Viena.
Después de las presentaciones, vino el baile, el galanteo, los sonrojos...hablaron mucho, rieron como niños caminando por los jardines y supieron que se amarían siempre. El primer amor. El de los besos tiernos con la boca cerrada y los ojos entornados. Como en los cuentos, se casaron después de un corto noviazgo. Juliska se instaló en la magnífica residencia de su consorte donde vivió con sus suegros y cuñados. Cuando nació Alexa, la felicidad era total, pero, el destino, por llamarlo de alguna manera, le tenía sorpresas y angustias incontables que comenzaron cuando un inesperado y extraño acontecimiento cercenó la vida de Leopold a los veintiséis años. No encontró Juliska una explicación que sirviera de consuelo. Todo era oscuridad en su corazón herido. Había perdido inesperadamente la presencia física de su esposo y con él las ganas de seguir viviendo. La pequeña Alexa lloraba de hambre, pero ella no lo registraba. Había sufrido un shock emocional del que no se recuperaría en mucho tiempo.
Después de dos años de luto riguroso y llanto contínuo, un día la severa y autoritaria suegra le pidió que la acompañara a la ciudad a elegir telas para que las costureras comiencen a prepararles ropa de medio luto.
Cuando el carruaje se detuvo frente a la casa de modas, el frágil pié de Juliska tropieza y casi cae en la calle, pero estaban allí unos jóvenes que la sostuvieron ayudándale a salir del trance.
Después de varias horas, al retirarse del negocio, la suegra observó que seguían allí los tres jóvenes a quienes miró con desdén porque parecían pueblerinos ordinarios y curiosos.
Pasaron unos días de este acontecimiento, cuando un atardecer, junto con la noche llegó una serenata. Una serenata de amor...
"Cara Juliska, tú sei mia gioia"
"I tui occhi abbracciare il mio cuore"... etc...
El estupor primero, la ira después, produjo en el interior del palacio una conmoción general.
- Quienes son esos zaparrastrosos ?
- No lo se... como puedo saber?
- Dicen tu nombre. Te conocen quizá de antes de desposarte con mi hijo. Le habrás dado motivos!
- No madre ! Jamás tuve novio. Leopold fue mi primer y único amor, no comprendo...
El fastidio de la familia, los cuchicheos, la desconfianza, agravaron la salud y tristeza de Juliska.
Pasaron algunos días y nuevamente al pie de la colina, el trío italiano con la mandolina irrumpió en el silencio con nuevas melodías amorosas. Era el colmo de la desverguenza. Había que tomar medidas. La honra de la familia y la memoria del hijo estaba en el tapete. Esa noche los suegros deliberaron en privado.
El cielo se fue cargando de oscuros nubarrones. La noche presagiaba tormenta. Un antiguo reloj dejaba oir sus sobrias campanadas, mientras afuera la lluvia sublevada caía insesantemente empujada por el viennto que furioso castigaba los retoños que la primavera había hecho brotar. Los relámpagos zigzagueaban en el cielo iluminando de a ratos un paisaje fantasmal. La ronca voz de algún trueno anunciando un rayo, estremecía a los árboles alineados en el camino. Adentro, también la tormenta se instalaba en los corazones.
Pasaron varios días tensos y silenciosos.
Una tarde, a la hora del té, todos los integrantes de la familia fueron convocados para recibir a un visitante. Era un hombre de baja estatura. Vestía sensillo, como gente de pueblo o trovador errante. Tenía ojos claros y sonrisa amable. Se presentó como Vittorio, de veintiocho años, italiano, de paso por Austria y con domicilio en Nápoles.
Lo habían citado para que explicara su conducta. Con gran desenfado expuso que su serenata le había nacido del corazón enamorado desde el día en el que al sostenerla para que no cayera, vió sus ojos color violeta, enigmáticos y tristes. Dijo que en La Palata, poseía una plantación de olivares y que estaba interesado en Juliska con la esperanza de hacerla su esposa.
En la entrevista solo hablaron los suegros y el candidato que insolitamente llegaba a la triste vida de Juliska.
Los dueños de casa se pusieron de pie dando por terminada la reunión. El pedido de mano estaba realizado. Vittorio se retiró haciendo reverencia a los anfitriones.
Juliska que había permanecido en silenncio y con la mirada baja, se levantó conteniendo un sollozo y gritó:
- Prefiero morir ! No pueden obligarme... Yo amo a Leopold !
- Es por tu bien y el honor de la familia a la que ahora perteneces. Tu reputación está en boca de todo el pueblo. Hemos decidido que te cases con el italiano y te radiques lo más lejos posible de todas estas habladurías y conjeturas. Una vez desposada tu reputación quedará limpia. Te daremos la herencia de tu esposo que es mucha y la niña quedará con nosotros. Será educada como corresponde al linaje de su padre.
Todos se retiraron y Juliska más sola que nunca se dirigió a la capilla del palacio para conversar con un Diuos que parecía haberla olvidado. Tenía solo veinte años. Había perdido a su amor y su hijita era criada y educada por otras personas. Padres y suegros significaban la autoridad y había que obedecer.
El matrimonio de Juliska y Vittorio fue la unión de dos personas diametralmente opuestas. Se radicaron en el Ducado de La Palata en el reino de Nápoles, situada junto al mar Adriático con suaves laderas florecidas, olivares, nogales y verdes campiñas. Pero, nada de lo que Vittorio podía ofrecerle la hacía feliz. El nunca imaginó que una serenata sería interpretada ofensiva y maliciosa, poniendo en tela de juicio la honra de una mujer. Como buen italiano enamorado, intentó expresar con pasión y canciones su inmenso y juvenil amor, pero la elegida de su corazón no lo amaba y se dirigía a él con total indiferencia. Después de varios años, tuvieron una hija a la que llamaron Filomena.
Viajaron por casi todo el mundo sin que la relación mejorara. Vittorio era un bohemio inestable que derrochaba la fortuna de su esposa y tocaba la mandolina en sus largas horas de soledad emocional. Ambos fueron muy desdichados. Juliska veía convertirse en mujes a su Filomena cada vez más parecida al padre. Estatura pequeña de aspecto frágil y dulces ojos celestes. Cantaba como él con melodiosa voz y era su único consuelo en la contínua nostalgia que la trasladaba al pasado con Leopold y la angustia de no poder ver a su primogénita Alexa.
Joven aún, en uno de sus tantos viajes, lejos de su patria y sus raíces, una tarde de mayo, se dejó acariciar por el sueño final, cerrando aquellos ojos de color violeta que fueron el motivo de felicidad con Leopold y triste convivencia con Vittorio.
Cuantas veces la belleza puede jugar en contra, pensó más de una vez, apenándose por el marido impuesto al que no pudo amar y que sin mala intención, fue el culpable de su desgracia.
Le tocó vivir en una sociedad autoritaria y prejuiciosa donde la mujer no tenía derecho a elegir ni decidir.
La sociedad argentina la conoició como Amalia de Gentile, ya que al ingresar al país cambió su nombre convencida de que Juliska murió junto con Leopold. Vittorio, conocido como Tatón, vivió junto a su hija Filomena y ya no volvió a viajar. Se dedicó a cuidar la parcela donde dormía su gran amor- Juliska -
Decición
Sigilosos pasos avanzaban entre las pálidas hojas que el otoño fue amontonando en la vereda solitaria. El crujido se escuchaba pese al ulular del viento que hacía danzar las ramas frágiles de los árboles del barrio. Ella se dió vuelta. Una figura delgada y oscura, presagiaba algo malo en la mente de aquella muchacha que, apresurando la marcha para huir del peligro comenzó a correr apretando su bolso contra el pecho.
La sombra también avanzaba al ritmo jadeante de su víctima. Dieron vuelta a la esquina y él se abalanzó sobre ella en fracción de segundos.
- No te asustes, no te hago daño si no gritás...
Su firme voz autoritaria y sus poderosas manos que la atenazaron con vehemencia sesalentaron cualquier actitud defensiva. Entraron a la casa y el ladrón ató las muñecas de la joven aterrada. Caminó primero observando el panorama y con mirada sagaz se dirigió a los lugares elegidos. En una mochila guardó un reloj, algunos anillos de oro también, dos candelabros de plata y los ahorros en dólares que estaban en una cajita que decía " para las vacaciones". Miró a la muchacha que lloraba en silencio acurrucada en el sillón del living y dispuesto a marcharse se aseguró que estuviese bien atada. De pronto, desde el bolsillo de su campera, una música de cumbia le anunciaba un llamado.
- Hola! ... sí... qué pasó? Ah... ahora? sí, claro... voy enseguida, ya salgo... estoy saliendo...
Por un momento el hombre quedó expectante. Miró con una sonrisa a su víctima y con suavidad le fue soltando las amarraduras mientras le decía:
- Disculpame piba... perdoname... tranquilizate. Yo soy ladrón, es verdad, pero tengo códigos. Me avisan que está naciendo mi hijo, así que hoy te salvaste. Te devuelvo todo. Esta noche no trabajo.
(reservado todos los derechos)
La sombra también avanzaba al ritmo jadeante de su víctima. Dieron vuelta a la esquina y él se abalanzó sobre ella en fracción de segundos.
- No te asustes, no te hago daño si no gritás...
Su firme voz autoritaria y sus poderosas manos que la atenazaron con vehemencia sesalentaron cualquier actitud defensiva. Entraron a la casa y el ladrón ató las muñecas de la joven aterrada. Caminó primero observando el panorama y con mirada sagaz se dirigió a los lugares elegidos. En una mochila guardó un reloj, algunos anillos de oro también, dos candelabros de plata y los ahorros en dólares que estaban en una cajita que decía " para las vacaciones". Miró a la muchacha que lloraba en silencio acurrucada en el sillón del living y dispuesto a marcharse se aseguró que estuviese bien atada. De pronto, desde el bolsillo de su campera, una música de cumbia le anunciaba un llamado.
- Hola! ... sí... qué pasó? Ah... ahora? sí, claro... voy enseguida, ya salgo... estoy saliendo...
Por un momento el hombre quedó expectante. Miró con una sonrisa a su víctima y con suavidad le fue soltando las amarraduras mientras le decía:
- Disculpame piba... perdoname... tranquilizate. Yo soy ladrón, es verdad, pero tengo códigos. Me avisan que está naciendo mi hijo, así que hoy te salvaste. Te devuelvo todo. Esta noche no trabajo.
(reservado todos los derechos)
ANIVERSARIO 31 -
Para Amanda -mi madre-
Cuantos cansancios
de blancas fatigas
desvelaron noches
trasnocharon días
y fueron tus manos
remedio y comida !
Cuanto llanto antiguo
te surcó la cara
mi vieja querida...
Estás en las cosas
de todos los días,
en las oraciones,
en la leche tibia,
en el mate dulce,
en la ropa limpia.
Yo quise escribirte
después que te fuiste,
yo quise escribirte
pero no podía...
Deambula tu sombra
mi casa vacía?
O son los recuerdos
que te sienten viva?
Como una paloma
que cayera herida
te tuve en mis brazos
bella y abatida.
Mi llanto no estuvo
ese mediodía,
por eso es que ahora
lloro todavía
(Reservado todos los derechos)
Cuantos cansancios
de blancas fatigas
desvelaron noches
trasnocharon días
y fueron tus manos
remedio y comida !
Cuanto llanto antiguo
te surcó la cara
mi vieja querida...
Estás en las cosas
de todos los días,
en las oraciones,
en la leche tibia,
en el mate dulce,
en la ropa limpia.
Yo quise escribirte
después que te fuiste,
yo quise escribirte
pero no podía...
Deambula tu sombra
mi casa vacía?
O son los recuerdos
que te sienten viva?
Como una paloma
que cayera herida
te tuve en mis brazos
bella y abatida.
Mi llanto no estuvo
ese mediodía,
por eso es que ahora
lloro todavía
(Reservado todos los derechos)
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Canción con todos
Datos personales
- Gilda
- Nació en Rosario donde cursa estudios universitarios en Letras. Radicada en la Capital Federal estudia con Raota fotografía y laboratorio; con Perla Cordini, escultura y cerámica; con B.Jesiot, R.Insaurralde,Marcos Borio, Miguel A. Bengochea,pintura. Realiza cursos de Arte con el crítico F.Fevré y figura en diversos Libros relacionados con las Artes Plásticas. Ha realizado 12 exposiciones individuales y obtenido premios y distinciones nacionales y extranjeras.En marzo 2012 aparecerá su nuevo libro " Transitando Recuerdos" ediciones Del Dragón.